Comenzamos la Cuaresma en la capilla. Como hemos sido invitados a una celebración, nos hemos puesto lo más guapos que hemos podido tanto por fuera como por dentro y más en una ocasión como esta, en la que teníamos cita con Jesús. Por ello, hemos llegado con nuestros mejores sentimientos y le hemos cantado para pedirle un corazón grande y fuerte. Tras recibir la ceniza y la colonia nos hemos despedido de Él para llevar el buen olor de los amigos de Jesús allá donde fuéramos.