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Día Internacional del Niño con cáncer

Con motivo del Día Internacional contra el cáncer infantil una representación de alumnos del colegio se ha pintado la cara con franjas doradas y se ha hecho una foto para participar en la campaña que PYFANO, la federación de asociaciones de ayuda a los niños con cáncer y sus familias, nos propone este año “¡Practica el paintgold!”.

Además se ha leído en todas las clases el manifiesto que con motivo de este día se ha elaborado y que reproducimos a continuación.

LEMA: No dejes de seguirme.

HASHTAG: #folLOVEme       

#DíaInternacionaldelNiñoconCáncer

 

LECTURA.

“Sé amable con todo el mundo, pues cada persona libra algún tipo de batalla”, decía Sócrates. Y no le faltaba razón. Supongo que todos pasamos por momentos decisivos en nuestra vida. Que nos determinan, definen y conforman.

Porque somos todo aquello que superamos. Y hay tantas batallas como personas a nuestro alrededor. Con sus dificultades, y alguna que otra lección, vivimos sin entender que sólo aprendes a valorar de verdad cada minuto cuando eres consciente de las ganas que tienes de vivir. De comerte el mundo sabiendo que no podrás repetir, disfrutando de cada bocado con los cinco sentidos. El sexto, en cambio, dependerá del que cada uno le demos a nuestra vida. Y que será la razón por la que no dejar de luchar.

Cuando superas un cáncer es un poco así. Tras cinco años sin que se produzca ninguna recaída, comienzas a ser considerado eso que llaman “superviviente”. Una de esas personas que “han vuelto a nacer”, aunque sientas que tú sólo naciste una vez. Aquella que tus padres tantas veces te han contado con una sonrisa infinita en los labios, y ese brillo en los ojos imposible de narrar.

Entonces, la batalla es encontrar las maneras, las ganas y las fuerzas de hacer lo que hacías todos los días. Cargar con los libros a la espalda con tal de no llevar una mochila con ruedas, pelear la hora de regreso a casa hasta quedarte sin aliento, o conseguir esos “5 minutitos más” que en ocasiones podían significar una vida. Sin obsesionarte por la respuesta a esa pregunta: “¿Por qué a mí?”, y tratando de contestar todas las que sueles hacerte cuando eres un niño.

Somos todo aquello que superamos. Y soy un superviviente porque superé un cáncer infantil. No he vuelto a nacer, pero sí soy consciente de las ganas que tengo de estar aquí. A mi manera, que siempre será la mejor de las maneras, y entendiendo que aquella fue una batalla entre todas las que me quedan por librar. Por eso, necesito que no dejes de seguirme, porque sólo con un seguimiento continuo tras la finalización del tratamiento, podré vivir sabiendo que puedo comerme el mundo disfrutando de cada bocado. Con los cinco sentidos.

El sexto, bueno, ese responde aquella pregunta que me hice en otro tiempo. “¿Por qué a mí?”. Porque estoy vivo.

Y eso es lo único que tiene sentido.